"Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestra descendencia, y con toda alma viviente que os acompaña: las aves, los ganados, y todos los animales de la tierra" (Gn. 9, 9-10). Palabras de Dios a Noé y sus hijos cuando salieron del arca.
El
Consejo de Iglesias Cristianas del Uruguay (C.I.C.U.) reúne en el Uruguay a
varias Iglesias en torno a una base común: proclamar el Reino de Dios para que
él pueda realizarse en la sociedade de la cual somos parte, y tiene como uno de
sus fines: discernir, a la luz del Evangelio, los signos de los tiempos en la
comunidad nacional y mundial, para ayudar a la formación de la conciencia
social y pronunciar eventualmente una palabra en común.
Dentro
de esa línea, este Consejo expresa la firme voluntad de las Iglesias que lo
integran, de trabajar unidas en favor de la integridad de la Creación, a todos los
niveles y por todos los medios a su alcance, conforme los grandes principios
contenidos en las Sagradas Escrituras, así como a apoyar todas las expresiones
que realcen el alcance de dichos valores en medio de la sociedad uruguaya.
Desde
hace décadas las Iglesias cristianas, a la luz de la Palabra de Dios y de su
fe, vienen discerniendo y proclamando la necesidad de que los seres humanos y
los líderes mundiales, cobren conciencia de que esta "casa común" que
habitamos, precisa, si queremos que sobreviva, de que se establezca ya, entre
la naturaleza y nosotros (que también la integramos), una relación sana, seria
y responsable. Recordamos en este sentido documentos del Concilio Vaticano II
(Gaudium et Spes - 1965), del Consejo Mundial de Iglesias (Vancouver, 1983 y
Seúl, 1990), de la
Comunión Anglicana (1988) y de las Iglesias Ortodoxas,
quienes designaron el 1° de setiembre de cada año como el día de oración por la
preservación de la creación de Dios y la adopción de una actitud para con la
naturaleza que tome en cuenta el uso de elementos naturales en la Santa Eucaristía.
Cabe también recordar la fecha del 4 de octubre, en que se recuerda a Francisco
de Asís, como figura señera y precursora del movimiento ecológico, y últimamente
la carta encíclica "Laudato si' " del Papa Francisco (24/05/15),
sobre el cuidado de la "casa común".
Ésto
conlleva a una reconsideración de las enseñanzas bíblicas, en lo referente a
las prioridades en el orden de la creación, ya que la misma tiene una dignidad
intrínseca, anterior y superior al valor de uso para los propósitos humanos, y
que por tanto no puede ser utilizada como mera fuente de materias primas para
su explotación desmedida por una civilización tecnológicamente orientada.
La
naturaleza y el ser humano como parte de ella, son una realidad que reconoce su
origen en el acto divino de la creación; ambos están inextrincablemente unidos
y ninguno debería ostentar un puesto de privilegio, y sí de armonía.
De
esta visión se genera el concepto teológico de mayordomía responsable del
mundo.No somos propietarios sino administradores de algo que no es nuestro, y
que debemos preservar y transmitir a las generaciones futuras si queremos que
este planeta donde vivimos, pueda continuar siendo la "casa común" de
toda la humanidad.
El
Consejo de Iglesias Cristianas del Uruguay llama pues, a todos los uruguayos a
cobrar conciencia de la grave situación existente en nuestro país en este tema:
uso descuidado de agro-tóxicos, suelos erosionados, ríos y cursos de agua
contaminados, baja calidad del aire que respiramos por las emanaciones de gases
en la atmósfera. Ésto requiere, tanto de gobernantes como de gobernados un
cambio de mentalidad y conductas, un cuidado extremo de nuestras acciones,
normas que regulen de forma efectiva situaciones que han salido de control, así
como que se proporcione e incremente la necesaria información y educación
al respecto a toda la población, especialmente a aquellos en edad escolar, para
crear hábitos adecuados de conservación del medio ambiente, y así poder
enfrentar mejor esta situación calamitosa por la que estamos pasando.
Nosotros,
como Iglesias, por nuestra parte, también continuaremos en la tarea de
concientización, educación y colaboración con las autoridades y con la sociedad
en la cual estamos insertos, y haremos cuanto esté a nuestro alcance, de forma
de sumar esfuerzos para preservar este "mundo-hogar" que recibimos de
Dios como una muestra de su amor. De esa forma, los cristianos nos sumamos al
Amor de Dios por la Creación,
que nos convoca a cuidarnos unos a otros y a la naturaleza.
Montevideo,
setiembre de 2015.-